jueves, 4 de febrero de 2010

El Atlético Madrid complicó su continuidad en la Copa del Rey al verse superado por un gran celta que merecio la victoria

En dos minutos, ya quedó claro que no iba a ser nada fácil para el Atlético. En ese tiempo, el Celta sacó de centro, se lanzó hacia el campo local, dispuso de una falta peligrosa, en la que reclamó un posible penal de Raúl García a Michu, y marcó en la siguiente jugada, un taconazo de Iago Aspas culminado por Trasshorras (0-1).

Un gol de Tiago, que debutó como titular y como goleador en un saque de esquina perfecto de Reyes.

Pero el empate tampoco cerró las dudas del conjunto madrileño, que se encontró con un choque exigente y con un rival valiente, rápido y preciso con el balón, que nunca renunció al ataque y que tuvo ocasiones en la primera parte, más que el Atlético, encomendado a alguna genialidad de Agüero para alterar el rumbo del duelo.

Ni la entrada del uruguayo Diego Forlán, de inicio en el banco tras el esguince de tobillo sufrido el pasado domingo, cambió el difícil panorama para el equipo rojiblanco en el comienzo de la segunda parte, con síntomas más prometedores para el Celta, el dueño del partido, de las ocasiones y casi del área rival.

Tres notables paradas de De Gea salvaron al Atlético, en el que algunos jugadores estaban más preocupados de protestar las decisiones arbitrales que de jugar al fútbol y en el que el checo Entre el dominio absoluto del Celta apenas hubo tiempo para las oportunidades del equipo rojiblanco, que se veía contra las cuerdas con el paso de los minutos y que tardó en disparar a portería en la segunda parte casi un cuarto de hora, en un tiro centrado y lejano de Forlán, una interrupción mínima del monólogo de los visitantes.

Este partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey se jugó en el estadio Vicente Calderón, ante 45.000 espectadores.

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